ONGAMIRA
En su visita a Ongamira, el Poeta Pablo Neruda mencionó
"... Este es el lugar mas triste del mundo..."
Se podría decir que muchos lugares del mundo, son muy tristes, en especial donde muere tanta gente de hambre por día, gracias a los gobiernos aciagos...
Pero puedo coincidir con Pablo Neruda, que en este sitio, si uno conoce la historia de estas tierras, metiéndose entre sus cuevas, se puede escuchar el sonido del silencio...
Si hasta se puede oír el caer de las gotas de agua que se cuelan por las piedras desde las alturas.
Es extraordinaria su formación geológica, es un lugar que alguien que esté por El Valle de Punilla, no puede dejar de visitar.
La cultura de los comechingones poseía influjos de procedencia andina, practicando la industria textil con lanas de auquénidos, cestería, metalurgia y cerámica medianamente elaborada. Eran sedentarios, cazadores-recolectores, también como horticultores de papas -patatas-, maíz, zapallo, porotos, quínoa), eran también poseedores de una rudimentaria ganadería y avicultura al poseer grandes rebaños de llamas y criar gallináceas como las pavas de monte, aunque su dieta en parte provenía de la caza.
Se cree que los comechingones tenían una influencia relacionada con los astros, se realizaban ceremonias adorando a los astros, los equinoccios y los solsticios, ceremonias de luna llena, las ceremonias estaban relacionadas con el agradecimiento a la pachamama por los alimentos recibidos, por la salud de los habitantes, también realizaban algunos cánticos, se acompañaban con algunos instrumentos musicales construidos por ellos mismos, como tambor, respetaban las aves, principalmente al cóndor y el águila.
Muchos antropólogos tienden a considerar a los hênia-kamiare como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido. Dos rasgos de los comechingones que más han llamado la atención son su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 cm en los varones), y la existencia de una frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos.
La conquista española
Casi sin lugar a dudas, con la llegada de los conquistadores, tal cual les sucediera a casi todas las etnias americanas precolombinas, gran parte de la población pereció a causa de las epidemias contra las cuales aún carecían de inmunidad (especialmente la viruela, el sarampión y ciertos tipos de gripe). Esto facilitó en gran medida la conquista española, y el exterminio de los nativos de nuestra Tierra.
La historia nos cuenta que mientras realizaban un censo para determinar cuantos "indios" nativos había en la región de Ongamira, el gobernador Jerónimo L. de Cabrera designó para esa función al Capitán Blas Rosales que en alguna incursión en esa tierras fue muerto, y en represalia el gobernador envío tropas para tomar prisioneros los integrantes de la tribu o etnia que existía en Ongamira. (Fueron pretextos para exterminar a gran parte de esta cultura), Le hicieron una emboscada, después los persiguieron varios días hasta llegar al cerro Charalteca o Conchiquin donde los últimos nativos arrojaron a sus hijos y mujeres y luego se suicidaron para no dejarse tomar prisioneros (algunos pudieron sobrevivir y se confundieron con bastante facilidad con los europeos y formaron parte de la nueva población criolla. Aún a inicios del siglo XIX vivían en zonas, para entonces apartadas de las sierras, familias (como las de los Tulián y Guayan) en San Marcos Sierras que se reconocían descendientes de los hênîa y los kâmîare, para entonces gran parte de las familias del conjunto hênia estaban mixogenizadas con sanavirones (o salavinones) y con españoles.
Olayón fue un cacique principal comechingón, famoso por su bravura, que vivió en la zona de Cruz del Eje, Córdoba, por 1590-1620. Murió en combate, luchando contra las injusticias de los españoles, en duelo singular con el capitán Tristán de Allende, a quien logró dar muerte.
ONGAMIRA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario será bienvenido